- Necesitas más tiempo para cuidar tu salud, para hacer ejercicios, dormir suficiente, poder bañarte con calma, retomar un hobby, o simplemente desconectar...
- No llegas a todo, por más que te esfuerzas acabas drenada, permanentemente agotada y con poca energía para continuar.
- No tienes tiempo para compartir con tu pareja, ni para disfrutar de tus hijos ofreciéndoles el tiempo que necesitan, tanto de calidad, como en cantidad...
- El tiempo pasa, los niños crecen y quieres sentir que has disfrutado al máximo de cada etapa, no que se te han escapado entre los dedos momentos preciosos mientras corrías por mantener la casa limpia, llevar a los peques de un lado a otro y corrías al trabajo.
- No sabes organizarte de manera eficiente y temes perder documentos importantes entre pilas y pilas de papeles pendientes de atender...
- Te arrastras, literalmente, del cansancio para tratar de llegar a todo y aún así, no llegas...
- Te piden un favor y aunque realmente no puedas lidiar con un compromiso más porque te sería extremadamente difícil cumplir con él, dices que sí, porque eres buena gente, y acabas sacrificando tu tiempo en familia, tu descanso o tu salud...
- Tu casa está tan desordenada que cada vez que te quieres poner a limpiar tienes que pasar horas recogiendo primero porque si no, no hay por dónde pasar la escoba...
¿Dónde está el secreto?
Ya sabes que si todo el mundo tuviera problemas de organización el mundo sería un absoluto caos.
- Las mamás estaríamos enfermas todo el tiempo porque el estrés afecta el sistema inmunológico, volviéndonos más propensas a enfermarnos.
- Nadie cumpliría sus sueños, ni alcanzaría sus metas personales, profesionales, familiares, financieras, espirituales ni intelectuales...
¿Quién más sufre a causa de esto?
Lo sabes mejor que nadie, tus hijos quisieran pasar más tiempo contigo y estoy segura de que tú también lo deseas.- Al fin y al cabo, cuando crezcan, todo será diferente, quieres vivir el hoy, ¿verdad?
- Tu pareja, tus demás familiares y amigos seguro echan de menos la hermosa mujer que eres y que yace dormida bajo estas montañas de estrés, cansancio y pendientes.
- Y tú, por sobre todas las cosas, tú extrañas quitarte un ratito el traje de mamá y ser sólo mujer; leer un rato, darte un largo baño, hacer las cosas con calma, aunque sólo sea un ratito al día.
En todos mis años trabajando con cientos de madres, "tener un ratito para mí" es el pendiente que vamos postergando y postergando y que casi nunca alcanzamos tachar de la lista.
Es así, y es triste. Tú lo sabes. ¿Cómo lo arreglamos?
¿Cómo será tu vida cuando tengas la sartén por el mango?
Te sientes conectada contigo misma, empoderada.- Tomas decisiones acertadas y congruentes con tus prioridades.
- No, no es egoísmo. Sé lo que estás pensando... No te vayas por ahí. Sigue leyendo.
- Disfrutas plenamente de tus hijos, dándoles todo el tiempo que quieren -y que tú quieres, y sabes que merecen- y necesitan.
- Tienes tiempo para compartir con tu pareja y nutrir la relación.
- Tu casa está limpia y ordenada de manera fácil y rápida. Ya no tienes que salir corriendo a recoger lo que puedas cuando alguien llama a la puerta inesperadamente.
- Estás más saludable porque tienes tiempo para hacer ejercicios y cuidarte.
- Tienes tiempo suficiente para compartir con familiares y amigos.
- Te acercas cada día más a la consecución de tus metas, sueños y objetivos personales, profesionales, familiares, financieros, espirituales e intelectuales.
- Te miran con otros ojos, y de hecho tú, te sientes otra...
- Tus amigos te preguntan de dónde sacaste ese par de horas extra al día, porque el común de los mortales sólo tiene 24 al día...
- Y por fin: Coexisten feliz, satisfactoria y armónicamente tu yo-mamá y tu yo-mujer.
Es casi como si fueras superwoman ;-)
Has llegado a dónde siempre has querido estar
Te sientes descansada.
- Estás libre de estrés -o ha disminuido significativamente tu nivel de estrés-.
- Tienes tiempo para ti y para los tuyos.
- Tu casa está hermosa, es un placer vivir en ella.
- Te acercas cada día a cumplir tus sueños -con pasos agigantados-.
- Te sientes en control de tu vida, ya no te arrastras.
- Tienes energía más que suficiente para tus actividades cotidianas, especialmente para jugar con tus hijos.
- Te sientes bien cuidada, feliz y satisfecha con tu presente.
Este es tu momento
Tú lo sabes. Has llegado hasta aquí y sientes el llamado.
Quieres tomar las riendas.
- Lo has hecho genial hasta ahora, y ahora necesitas, sabes, y quieres, que alguien te dé una mano, un atajo, un empujón.
- Ya sabes que "por ahí no es", pero no sabes hacia dónde dirigirte para continuar con mejor rumbo, con más fuerzas...
- Necesitas una brújula, una solución rápida y fácil de implementar.
- Estrategias paso a paso, probadas, efectivas y sin presiones.
- Quieres ahorrarte dolores de cabeza y por fin tener tiempo libre para hacer lo que te de la gana. Te lo mereces.
Mis estrategias de organización te ayudan tanto de manera tangible y física, como a realizar el cambio de mentalidad necesario, a librarte de culpa y a hacer el cambio interior que te llevará a gestionar de la mejor manera tu recurso más valioso: tu tiempo.
Aprender a gestionar tu tiempo y tu energía de manera adecuada te ayuda a ti, ¡claro!
Pero además ayuda a tus hijos, tanto a través del ejemplo, porque aprenderán a hacerlo también, como a disfrutar de una mamá más tranquila.
Yo he estado ahí, y ¡quiero ayudarte!
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